El señor López y la doctrina sobre la Educación Universitaria del Gobierno y FETUVE
Por: Dr. Roberto Rondón Morales
Las Universidades se crearon como comunidades espirituales e intelectuales, no dialécticas ni sectorizadas desde el siglo XII, para generar y organizar conocimientos por maestros, transmitirlos a aprendices y certificarlos; y utilizarlos en la producción de bienes y servicios. Ahora, el gobierno y su gremio universitario cambian estos conceptos centenarios, y configuran a la Universidad como un Departamento del gobierno, disciplinada y obediente, fragmentada en buenos y malos, y pensamiento único, para servir a una “revolución”.
UNA PRIMERA REVELACION.- “Se creará una Escuela de Cuadros para los cargos gerenciales. Todo aspirante a Rector, Vicerrector, Director o cualquier cargo gerencial superior o medio o de base de las universidades, pasará por una escuela que se va a fundar en el MPPEU, para preparar ideológica y políticamente a sus dirigentes para que puedan asumir las respectivas responsabilidades”.
“Se crearán cuerpos de combatientes como parte de la defensa integral de la patria. Hay 53 universidades revolucionarias y 11 oposicionistas. Estas se mantienen conspirando constantemente. Hay una doble tarea: organizar a los trabajadores y poder enfrentar al patrón que es el enemigo de la revolución. En muchas de las universidades de oposición se observa desidia, negligencia y abandono de estas”.
“Hay una participación voluntaria en dejar que se desmembren las universidades. En la UDO, las autoridades permitieron que entraran delincuentes a saquear. La misma situación se repite en las universidades opositoras. Se está buscando que haya una sanción fuerte contra las autoridades de la UDO”. “Las universidades bolivarianas tienen problemas de infraestructura, sin embargo, están mucho mejor que las 11 dirigidas por la oposición”.
Esta declaración hecha a los periodistas Pedro Yajure y Dahir Raal por el Coordinador de FTUVE, indica “un tentativo modelo universitario centinela, sometido a jerarquías, disciplina y obediencia debidas, con un “Estado Mayor”, “poder comunal” y una Zona de Defensa Integral con Batallones”.
UNA SEGUNDA REVELACION. La anterior declaración se une a un Proyecto de Ley de Educación Universitaria que circula con el membrete de la Asamblea Nacional, sin fecha, anónimo, que señala 55 atribuciones, 20 reglamentos especiales y 25 generales al Ministerio, para regir toda la vida universitaria. Es el mismo texto de la Ley de Educación Universitaria devuelta por el Presidente Hugo Chávez en diciembre de 2010, entre otras razones, “ con la solicitud que se levantara la sanción a todo el texto de esta ley”, “por la necesidad de un debate social más profundo”, “para tener una educación universitaria de calidad revolucionaria”, ”por ser inaplicable por razones de carácter teórico, práctico, técnico y político”, “por la necesidad de contar con la mayor consulta, deliberación y participación popular”.
Este proyecto es un fraude al propio chavismo y un engaño a la opinión pública. Estas dos revelaciones obligan a reconocer la edificación de la Universidad por nueve siglos, en especial para los teóricos universitarios del gobierno y de su gremio.
LA EDIFICACION DE LA UNIVERSIDAD FUE UN PROCESO, CON PENSADORES y LIDERES CONNOTADOS, A LA LUZ DEL DIA Y SOMETIDO A DISCUSIONES Y CONTRADICCIONES PUBLICAS.
En la primera Universidad de maestros en el mundo, París, crearon sus bases los pensadores, filósofos y teólogos Guillermo de Champeaux, y Pedro Abelardo.
En la primera Universidad de alumnos, Bolonia, destacaron en su origen, los juristas Irnerius y Granatius, uno, estudioso de Justiniano, y el otro, creador del Derecho Canónigo.
En la Universidad de Oxford, se reconocieron como fundadores, los teólogos Teobaldo de Etampess, Roberto Pullin y el Jurista Lombardo Vacarius.
Estos fueron los principales ideólogos de la Universidad Medieval, que entró en decadencia por tres siglos. En el siglo XIX, aparecieron dos grandes alternativas de desarrollo futuro, los modelos científico alemán autónomo y el docente francés estadal, también con grandes pensadores e intelectuales.
En la Universidad de Berlín, en 1808, en la construcción del modelo científico destacaron Wilheln Von Humboldt, Johann Gottlieb Fichte y Friedrich Schleiermacher, juristas, filólogos, filósofos, que además plantearon “la autonomía y libertad para el pensamiento y la creación científica”.
A la par, en el Reino Unido, el Cardenal irlandés John Henry Newman sentó las bases del modelo universitario inglés para la formación integral del hombre.
La Universidad Francesa Imperial la formularon intelectuales de la época de Napoleón en 1806, Pierre Louis Roederer, Jean – Antoine Chapal y Antoine – Francoise Fourcroy. Para el emperador Napoleón, “todo el sistema educativo, estará bajo absoluto comando gubernamental, destinado a dirigir las opiniones políticas y morales, y asegurar la fidelidad a la religión, al imperio y a la dinastía”. “La educación superior tenía como única finalidad la de preparar para las profesiones útiles a la sociedad”. Creyó en una universidad sometida al gobierno y dedicada exclusivamente a la docencia, como es la tesis de los gobernantes autoritarios.
Este modelo estadal y autoritario y sin autonomía francés, fue traído para dirigir las Universidades durante la etapa republicana autoritaria en Venezuela, desde el gobierno liberal de 1863 hasta Juan Vicente Gómez en 1935, sometidas al capricho e intereses del régimen gubernamental de turno. Esto se trata de revivir ahora.
En el período republicano autoritario venezolano, no fueron raras las ocasiones en que un Presidente como José Tadeo Monagas en 1849, de manera autoritaria, “ordenara la prohibición de designar profesores en las cátedras en propiedad o provisionales desafectos al gobierno o sospechosos de desamor al espíritu democrático del sistema en Venezuela”.
Tampoco, el despojo a las Universidades de Caracas y Mérida por Antonio Guzmán Blanco, de su patrimonio otorgado para su financiamiento independiente y autonómico por los Presidentes Simón Bolívar en 1827 y José Antonio Páez en 1836, respectivamente. A partir de entonces, sometió a las Universidades al castigo de las privaciones presupuestarias. No fue extraña la decisión de otro Presidente autoritario, Cipriano Castro en 1904, al cerrar las Universidades de Zulia, Carabobo, Trujillo y Bolívar, creadas a finales del siglo XIX, y clausurar los estudios médicos en la Universidad de Mérida con el argumento: “Mucho más útil es a la patria un obrero, un artesano, un industrial de inteligencia libre, de brazos robustos y sanos, que un universitario borlecido, marchito en estudios”.
En 1912, hubo un conflicto entre el Ministro de Instrucción Pública y la Facultad de Medicina de la UCV, que terminó con la expulsión de 2 estudiantes y 11 de los 14 catedráticos de esa Facultad, y con el posterior cierre de la Universidad por el Presidente de la República, y por 10 años. Al reabrirse, “el Presidente designó rectores, a quienes exigía un informe quincenal exhaustivo sobre la disciplina en la Institución. Además, nombró rectores para el mantenimiento del orden, como el Dr. Plácido Rodríguez Rivero, que lo logró paseando por los pasillos con un revólver Colt al cinto, repartiendo bondades a los bien portados y cárcel para los reclamantes”.
El modelo universitario político jurídico de América Latina apareció por esta situación en el subcontinente, con Universidades bajo responsabilidad de órdenes religiosas, con gran atraso, inmovilidad, discriminación y elitismo, corrupción y una especie de derecho divino de los profesores. La protesta en la Universidad de Córdoba, Argentina contra este estado de cosas, condujo al modelo político jurídico de la universidad latinoamericana, también ideado por una intelectualidad colectiva, conformada entre otros, por Deodardo Roca, Alejandro Korn, Gabriel del Mazo. Surgieron los criterio de la Universidad análoga a una “República Universitaria” conformada por profesores, estudiantes y egresados, con la facultad de elegir sus autoridades y su cogobierno, y de “Auctoritas, que no se ejerce mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando”. La Universidad adquirió un compromiso social, político y ético para dar cabida a todas las corrientes del pensamiento, aun las perseguidas en la calle por represión, e igual compromiso para luchar contra las dictaduras conservadoras, reformistas o revolucionarias que oprimen a los pueblos.
En la etapa republicana democrática, la Universidad volvió a ser ideada y dirigida por destacados intelectuales, sin utilizar el anonimato, la nocturnidad ni la sorpresa. La Junta de Gobierno designó Rector de la UCV al Dr. Juan Oropeza, reconocido autonomista, y a una Comisión para redactar el Decreto 408 de septiembre de 1946, en el cual, se autorizaron los primeros derechos autonómicos, aun cuando el Ejecutivo Nacional se reservó la designación de las tres Autoridades Universitarias. La Comisión Redactora del Decreto 408 fueron los Drs. Rafael Pizani, Coordinador, Eduardo Calcaño, Raúl García Arocha, Francisco Montbrun y Eugenio Medina, destacados profesores universitarios, y propulsores de la Autonomía Universitaria.
La discusión en la Cámara de Diputados en 1948, sobre la Autonomía Universitaria en la Ley Orgánica de Educación, y no en una Ley Especial, movilizó la oratoria fogosa de los principales líderes políticos de la época, Gustavo Machado del Partido Comunista de Venezuela, Jóvito Villalba de Unión Republicana Democrática, Rafael Caldera, Arístides Calvani y Edecio La Riva Araujo de COPEI, Jesús María Bianco y Ramón Escovar Salom de Acción Democrática. La autonomía fue enmarcada en un Estado Docente, que se había aprobado en la Constitución Nacional de 1947. Ahora, los redactores de la LEU se basan en un Estado Docente inconstitucional e ilegal, escrito de contrabando en la Ley Orgánica de Educación de 2009.
Aquella polémica no se dirimió en la práctica porque un nuevo régimen autoritario militar, aprobó el 5 de agosto de 1953, una Ley de Universidades Nacionales, que convirtió a las tres Universidades Nacionales, UCV, ULA y LUZ en Oficinas del Gobierno Nacional, adscritas al Ministerio de Educación. Programas, nombramientos de autoridades y personas, tenidas como empleados públicos, grados, dependían del gobierno, tal como se pretende ahora.
Al ser derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, se designó una Comisión de alto nivel universitario para redactar un proyecto de Ley de Universidades con autonomía plena, académica, organizativa, administrativa y económica. La Comisión la conformaron los Drs. Francisco De Venanzi, Jesús María Bianco, Rafael Pizani, Foción Febres Cordero, Humberto García Arocha, Ernesto Mayz Vallenilla, quienes además de ser destacados universitarios, algunos fueron perseguidos, presos y exilados por la dictadura.
El modelo Universitario propuesto en 1958 fue novedoso y complejo. Incorporó el modelo científico alemán, el docente francés y el político jurídico cordobés. Por ello, la Universidad ha sido gran centro académico, pero a la vez, un sitio para la expresión de todas las ideas, incluidas las no permitidas por los gobiernos; y un compromiso político, social y ético con los pueblos, con una movilización social contra las dictaduras, las desigualdades sociales y las injusticias propiciadas, unas veces por gobiernos conservadores y otras veces por gobiernos reformadores y revolucionarios. Esto trajo a la Universidad, críticas, presiones y represión, y acusaciones de desestabilización política por gobiernos conservadores, reformistas y revolucionarios, según el caso, y por sus propios egresados en funciones gubernamentales. En 1966 y 1970, la UCV fue allanada por policías y militares.
Por ello, desde 1970, se desplegó una estrategia continua de gobiernos democráticos, y desde el 2002 de gobiernos autoritarios contra la autonomía universitaria, y como consecuencia, se han creado 53 universidades no experimentales, experimentales y territoriales, y han favorecido a 32 universidades privadas porque tanto unas como otras, no compiten con los gobiernos en la movilización de opiniones, de masas, en la intolerancia de conocimientos, acciones críticas ni en los requerimientos de financiamiento.
Un problema agregado, fue el crecimiento desorganizado de Universidades, Politécnicos, Tecnológicos, Colegios Universitarios y otros. El Gobierno Nacional y el Congreso Nacional designaron, por procedimientos públicos y legales, Comisiones de Alto Nivel para redactar Ante Proyectos de Leyes de Educación Superior o de Universidades. Así, en 1981, el Ministerio de Educación nombró la Comisión constituida por los Drs. Enrique Faría Mata, coordinador, Osar García Arenas, Director de Educación Superior, Pedro Reyes, Benito Sansó, Víctor Guédez y José Brito González, juristas destacados, educadores con numerosa obra escrita.
En 1984, el Presidente de la Republica designó la llamada Comisión de los Sesenta, constituida por reconocidos universitarios, presidida por el Dr. Miguel Layrisse, ex rector de la UCV y ex Presidente del CONICIT. En 1988, el Congreso Nacional encargó a la Comisión Bicameral de Educación presidida por el Dr. José Mendoza Angulo, profesor universitario y ex rector de la Universidad de Los Andes y al destacado profesor Miguel Angel Agreda, con grupos reconocidos de asesores En 1996, el Senado de la República designó una Comisión, para redactar un anteproyecto de Ley de Universidades, conformada por los Drs. Carlos Moros Ghersi, ex Rector de la UCV, Pedro Beaupertuy, ex Rector de la UDO y Raúl Segnini Laya, profesor ULA. La Asamblea Nacional chavista en 2010, aprobó una LEU en secreto.
FINAL.- La Universidad es un reflejo del país. Sí. Desde hace veinte años, el gobierno destruyó la infraestructura agropecuaria e industrial que abastecía al país, y la petrolera que surtía generosamente al Fisco Nacional, mediante comisos, ocupaciones y expropiaciones, puestas en manos de muchos señores López, con o sin charreteras, que las condujeron a una ruina total, que también fue del gobierno, frente a lo cual, no le ha tocado otra alternativa que lanzar una Política de Unión, Paz y Entendimiento con los sectores político y económico. Las universidades no escaparon de este camino de ruina.
Este camino se agravó desde el 2002, cuando fueron declaradas objetivos políticos por su militancia, y se agudizó en 2010, al paralizarse la renovación de las Autoridades, como lo hecho con gremios, sindicatos, partidos políticos, en una estrategia de desaparición silenciosa de las organizaciones sociales. Deben convocarse las elecciones para renovar la esperanza decaída, para abrir un canal de comunicación con el gobierno y otros sectores, que las actuales autoridades no están en capacidad de hacer por su posición activista, cansancio y anclaje en la rutina del pasado; y para bloquear el avance de la ruina que nos abarca a los dos, universidad y gobierno, cuyo costo en pérdida de la riqueza material, intelectual, espiritual y talento, es incalculable e inmanejable en la situación actual.
Los temas son: Unidad dentro de la diversidad autónoma, experimental, territorial y privada, no uniformidad rígida. Ley Marco de Universidades y Estatuto Interno, no un Código de Educación Universitaria. Prospectivas, no pasado. Espíritu, Ciencia, Cultura, Talento y no adoctrinamiento ideológico y político. Democracia y Cogobierno, no autoritarismo. Comunidad de profesores, estudiantes, egresados y no corporaciones de trabajadores académicos y administrativos combatientes, patrones y obreros. Autonomía para la autopoiesis universitaria, no su restricción. Globalización, no parroquialización. Descentralización y regionalización, no centralización. Conocimiento y Tecnologías de la información, no saberes y populismo. Acreditación externa, no fiscalización. Equidad, no amigos y enemigos. Autosuficiencia presupuestaria, no cuotas.
Dr. Roberto Rondón Morales, Individuo de Número de la Academia de Mérida, Sillón No. 20.
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