Con una Mirada Inmersa en el Enigmático Universo
Discurso de orden con motivo de la incorporación como Individuo de Número, Sillón No. 13 de la Academia de Mérida
Por: Dra. Patricia Rosenzweig Levy
Antes de comenzar esta disertación, correspondiente a la incorporación como Individuo de Número, Sillón No. 13, quisiera expresar un particular agradecimiento a la Academia de Mérida, ilustre corporación que hace brillar lo multidisciplinario desde las cumbres emeritenses. Este acontecimiento, tiene una gran significación en lo particular, en virtud de que se trata de un reconocimiento por parte de una corporación cimentada sobre bases objetivas, lo cual se traduce en una gran responsabilidad en lo académico y en lo personal.
Estimados académicos, recibo con sencillez y humildad este gran honor, con la mirada puesta en un mundo de posibilidades y compromisos.
LLEGADA A VENEZUELA
Recuerdo que, a finales de la década de 1950, llegamos a Venezuela en un buque llamado Sorrento, procedentes de Génova-Italia, con poco equipaje, pero con el corazón lleno del deseo y la esperanza de comenzar un nuevo ciclo en la búsqueda de oportunidades, para lograr una mejor calidad de vida. Yo era sólo una niña de siete años y, sin comprender mucho todas las circunstancias que nos traían a esta tierra de gracia, estaba contagiada del entusiasmo de mis padres.
¡Hoy, debo reconocer que la decisión de escoger a Venezuela como nuestro destino, fue una gran bendición!
Mis padres siempre tuvieron presente un gran amor por Venezuela y, hasta el último aliento de vida, me insistieron sobre la necesidad de servir con integridad a este bello país.
INICIANDO UNA CARRERA PROFESIONAL
Debo decir que mi interés por la Física, y especialmente por la Astronomía y la Astrofísica fue algo innato. El cielo atrae a todo ser humano, quizás porque no lo podemos tocar. El cielo me acompañó desde la infancia, especialmente en esa larga travesía transoceánica para llegar a Venezuela.
Al llegar a Mérida, en febrero de 1970, recuerdo que quedé impresionada por las montañas, el frío y los disturbios estudiantiles en la Avenida Don Tulio Febres Cordero, entre otras cosas. Me encantó el Decano de la época, Dr. Antonio Luis Cárdenas. Me impresionaron todos los profesores, venían de muchas partes del globo terráqueo, Pakistán, India, Italia, EE.UU., Suiza, Hungría, Argentina, Chile, y un largo etcétera. Por supuesto, también venezolanos como los Drs. Francisco Gil Arnao y Eldrys de Gil, o los Drs. José Vicente Scorza y Cecilia de Scorza, entre otros. Al principio quise estudiar Química, luego Matemática; pero, por casualidades de la vida, y con la sugerencia del Dr. Raúl Estévez, definitivamente escogí la Física, siendo la primera mujer en obtener el título de Licenciada en Física de la Universidad de Los Andes. Así se inició esta aventura, que aún no termina, porque siempre hay algo nuevo que aprender.
DESARROLLANDO UNA CARRERA PROFESIONAL EN EL ÁREA DE LA ASTROFÍSICA
1970
No tengo intención de abrumarlos ahondando en temas que tienen embebido un complicado protocolo matemático, teorías abstractas o leyes rigurosas. El campo de la Astrofísica es muy amplio. Los trabajos que se generan son muy numerosos, ya que la cantidad de objetos celestes es inconmensurable y cada uno goza de características peculiares. Por ello, tomé la decisión de estructurar esta disertación para explicar, de manera sucinta y utilizando las herramientas de la divulgación de la ciencia, los trabajos de investigación que he realizado por más de cuarenta y cinco años, enfatizando los conocimientos adquiridos y los descubrimientos realizados, haciendo una descripción de los cambios generacionales en materia de instrumentación. También, presentaré anécdotas que reflejan cómo ha evolucionado la tecnología en las últimas décadas, y se podrá apreciar la evolución de la Astronomía en Venezuela.
En la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, me entusiasmé al ver que, en el programa de estudios de la Licenciatura en Física, había créditos obligatorios que incluían cursar materias electivas y, debido a que en Mérida se iniciaba la construcción de un observatorio, se incluyó la Astronomía. El Instituto Venezolano de Astronomía (IVA), era el responsable de esta obra y pude conocer que había un astrónomo norteamericano, el Dr. Wayne Osborn, a quien me acerqué y le comenté sobre un creciente interés de cursarla con él, siendo su respuesta positiva.
El primer trabajo con el Dr. Osborn, trató de aclarar una disputa sobre la variabilidad de la estrella 3, perteneciente al cúmulo globular M13. Para ello, dispuse de 54 placas fotográficas adquiridas con el telescopio reflector de 1.5-m del Observatorio Naval de los Estados Unidos. Tuve que aprender a utilizar el fotómetro Iris tipo Becker. Difícil tarea porque se trataba de una experticia desde el punto de vista manual y de la visión. Por intermedio de un análisis comparativo, concluí que no es variable.
El Dr. Osborn me sugiere un tema de Trabajo Especial de Grado, para optar al título de Licenciada en Física. Se trataba de analizar la variabilidad del periodo de la estrella HR 6684. Existía la propuesta de que esta estrella es una variable tipo β Cefeida, pero con un periodo relativamente corto comparado a lo que en general se tiene para este tipo de estrellas. La controversia entre los astrónomos comenzó a crecer entorno al valor correcto del periodo de HR 6684. Logré obtener un segundo periodo.
Las cosas no eran sencillas, aparte de los conceptos de Física y Astronomía que debía conocer, con una biblioteca incipiente, sin Google para encontrar los artículos o información adicional, tenía otro obstáculo que enfrentar, se trataba de que la única computadora que disponíamos en ese entonces, era la IBM-360, ubicada en una sala muy fría del edificio Administrativo. Recuerdo que primero teníamos que perforar, con una máquina, unas tarjetas. Cada tarjeta tenía una línea del programa de computación. El número de tarjetas era tal que ocupaba una, y a veces hasta dos cajas que había que llevar al mencionado edificio. Con ellas, el operador de la computadora alimentaba la IBM y al día siguiente nos entregaba el resultado de la corrida del programa en hojas grandes tipo acordeón. Lo más frustrante es que si nos habíamos equivocado en una letra, o un número, perdíamos un día entero de trabajo porque las corridas las hacían una sola vez por la noche.
Antes de su partida, el Dr. Orborn me sugirió como trabajo adicional analizar las curvas de luz de la Variable 1 del cúmulo Globular M13. Así lo hice, detecté una protuberancia y pude determinar el valor del radio y la masa de esta estrella. Continuando en la década de 1970, a pesar de contar con tres publicaciones como estudiante de la Licenciatura en Física, y ya como Instructora Contratada, sentí mucho la ausencia del tutor, pues el Dr. Osborn retornó a los EE.UU. En ese entonces, reflexioné en mi carrera como profesora, con los retos de los ascensos y de ir más allá en mi formación; por eso, solicité al astrónomo argentino, Dr. Juan José Clariá, que me sugiriera algún tema de investigación para desarrollar. Planteó analizar amplia y profundamente el cúmulo abierto Collinder 140. Estudiamos las estrellas en esa región, para saber si pertenecían al cúmulo. Construimos el diagrama Color-Magnitud que conlleva a un diagrama HR cuando se aplica la corrección motivado a la extinción atmosférica. Comprobamos que veintiséis estrellas pertenecen a este cúmulo, obteniendo su módulo verdadero de distancia y su edad nuclear. Confieso que me sentí muy contenta por haber aprendido mucho, pero me preguntaba: ¿si esto fue lo que aprendí siendo Licenciada?, ¿qué me estaría esperando en etapas posteriores?
Paralelamente, la construcción del Observatorio Nacional de Llano del Hato seguía en marcha, representando una oportunidad para la realización de estudios astronómicos en nuestro país. Quien lideró estos trabajos fue el Dr. Jurgen Stock, un reconocido astrónomo alemán-venezolano. La ULA, guiada por el Rector de Rectores, Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, jugó un papel importante ya que, entre otros hechos, construyó las edificaciones donde los telescopios operarían y otorgó en calidad de comodato los terrenos en los que se construiría el observatorio.
Pertenecí al grupo de estudiantes pioneros que subíamos a Llano del Hato. No teníamos refugios y nos tocaba dormir en carpas. El viento se las llevaba y las teníamos que retener manualmente. No contábamos con sistemas de calefacción y apenas disponíamos de una pequeña bombona de oxígeno para efectos de emergencia. Por ser la única mujer, mis compañeros, con ese espíritu de protección hacia el “sexo débil”, me sugerían no subir. Yo hacía caso omiso y, por el contrario, debo señalar que en más de una ocasión me tocó auxiliar a algún compañero, bien sea dándole mi chaqueta u oxígeno.
Comenzamos a colaborar con las pruebas que realizaba el Dr. Stock, utilizando los telescopios con placas fotográficas marca Kodak, para estudios espectroscópicos y fotométricos. Teníamos que ir lo más pronto posible a un cuarto oscuro, a fin de develar las placas, con la gran probabilidad de poder caer por las escaleras, motivado a la oscuridad reglamentaria.
Había un recolector de fotones que llamamos “Arturito”, por el robot de la película Guerra de las Galaxias de George Lucas. El verdadero nombre de este personaje es R2D2, el cual, fonéticamente, al pronunciarse en inglés se escucha como Artudito, que en español derivó en Arturito. Nuestro Arturito a veces nos fallaba y chispeaba, destellando luces y humo, frecuentemente se apagaba… con el técnico, teníamos que socorrerlo para lograr nuestros objetivos. Digitalizábamos los espectrogramas adquiridos, con el microdensitómetro Joyce-Loebl de nuestro Grupo de Astrofísica.
Con el tiempo, escogí a los Estados Unidos para realizar mis estudios de cuarto y quinto nivel, ya que pude constatar su rica producción científica. Quise optar por el lugar que me ofreciera la mayor posibilidad de aprender aún más el idioma. De todos los sitios, llamó mi atención The University of Toledo, en Toledo, Ohio, muy al norte, cerca de Canadá. En el año 1980, la ULA me aprobó la beca para realizar mis estudios y optar al grado de Magister of Science. Así comenzó mi experiencia de vida académica en la década de 1980.
1980
Ya en los EE.UU, tuve que cursar un trimestre de inglés, con estudiantes extranjeros, independientemente de la carrera escogida. Por elección secreta, me correspondió representarlos y decir el discurso de orden; y obtuve el Outstanding Academic Achievement, entregado por el American Lenguage Institute. En la ceremonia de entrega de los reconocimientos, se encontraba el rector de la Universidad y el director del Instituto. Había estudiantes de todos los continentes y esto me llenó de orgullo, por cuanto era una venezolana la que obtuvo este reconocimiento.
Lo primero fue superar la escolaridad de postgrado, pero debo señalar que conté con fuertes bases académicas, en virtud de que el programa de estudios de la Licenciatura en Física de la ULA, era muy completo y exigente, y me ayudó a complementar mis conocimientos. Luego, vino el momento de hacer la Tesis de Maestría. La Dra. Nancy Morrison, una especialista en Astrofísica Estelar, fungió como Tutora. Me ofreció un tema realmente interesante como fue derivar la ley de extinción del cúmulo NGC 457. Aquí, surgió otro choque de innovación; esto fue, estando en el Goddard Space Flight Center de la NASA, en Baltimore, obtuve los datos observacionales de las estrellas del cúmulo en el rango ultravioleta del espectro, con el satélite International Ultraviolet Explorer (IUE), que observaba por encima de nuestra atmósfera terrestre. Este fue un proyecto exitoso, propuesto y llevado a cabo por la NASA, el Reino Unido y la Agencia Europea Espacial (ESA). Comenzó a funcionar en 1978, y se le dio un tiempo de vida de tres años; sin embargo, continuó funcionando exitosamente durante dieciocho años.
Por otra parte, observé la región visible del espectro estelar en el observatorio Kitt Peak National Observatory, Tucson, Arizona, utilizando el Intensified Reticon Scanner (IRS), un instrumento que representó un impacto, ya que no veía por ningún lado las placas fotográficas, pero registraba la energía recibida del objeto estelar y los almacenaba en la computadora.
Para calcular la curva de extinción de NGC 457, tuve la oportunidad de desarrollar un método nuevo llamado el “método del par”, que consiste en comparar los anchos equivalentes de líneas espectrales intensas y sensibles a la temperatura y luminosidad, para así encontrar cada uno de los “pares” de estrellas; de allí, se obtiene la curva de extinción promedio del cúmulo. Este trabajo, no solo me hizo acreedora del título de Magíster of Science, sino que además obtuve el Premio otorgado por la Sociedad Honoraria Científica Sigma Xi Society, como Mejor Trabajo de Investigación para Jóvenes Investigadores, en una competencia de muchos trabajos presentados en el área de la Ciencia y Tecnología.
Quise continuar hacia el Doctorado. Una vez más, la situación no era tan fácil. Había que presentar varios exámenes: el qualifying examination (oral y escrito). Las preguntas de estas pruebas abarcan todo lo que se ha estudiado durante todos los años. De modo que no impera la memoria, sino el sentido común y el raciocinio. Luego de transcurrir un año, hay que hacer el comprehensive examination, donde se propone el tema de la Tesis, el porqué de su importancia y lo inédito a desarrollar.
A sabiendas de estos desafíos, solicité a la ULA la beca y se me otorgó. De nuevo, emoción, incertidumbre, pero nunca miedo. Otra vez, más escolaridad y finalmente la Tesis Doctoral, con otro tutor, el Dr. Lawrence Anderson, especialista teórico en modelaje de las estrellas. El tema de la Tesis era construir un modelo de atmósferas para derivar los parámetros físicos básicos de la estrella supergigante φ Cas.
Las estrellas supergigantes tienen una gravedad baja, lo que implica que sus atmósferas son muy extensas. Por lo tanto, el campo de radiación, a grandes distancias de la estrella, se diluye. La disminución de la temperatura, como función de la altura, es más abrupta y en consecuencia la aproximación de capas plano-paralelas y del Equilibrio Térmico Local (ETL) en la atmósfera, ya no es válida. Eso complica las ecuaciones de la transferencia del momento, el equilibrio hidrostático para geometría esférica, el equilibrio radiativo, el equilibrio estadístico atómico, la opacidad y la ecuación de transferencia radiativa.
Desarrollamos un novedoso método enfocado en la reducción del tiempo computacional. Esto es, para el equilibrio hidrostático, consideré “bloques” de frecuencias producidas por las diversas transiciones entre los niveles atómicos. En este estudio, consideré un millón de transiciones atómicas. Luego de muchos intentos y varios ajustes, logré que el modelo convergiera, arrojando los valores de la temperatura efectiva, gravedad superficial, radio y masa, de φ Cas.
Lo asombroso es que podía correr el programa para el modelo de la atmósfera, de manera remota, lo que para ese entonces era novedoso, ya que, desde la universidad en Toledo, Ohio, vía telefónica, utilizaba la supercomputadora CRAY que se encontraba en Boulder, Colorado. ¡Qué diferencia con las tarjetas a ser perforadas y esperar al día siguiente los resultados! Y sin mencionar que estaba utilizando una “super computadora”.
Para la escritura de las Tesis de Maestría y Doctorado, utilicé los softwares WordStar y WordPerfect, ambos precursores del Word. A diferencia de las máquinas de escribir; siendo la más sofisticada, la IBM, que tenía esferas con diferentes tipos de letras, números y símbolos, reemplazándolas manualmente, según era el caso. ¡Qué avance! Otro choque generacional.
Regresé a Venezuela a finales de la década de 1980, habiéndole cumplido a mi familia, a mi Universidad y a mi país. ¡Primera mujer con el PhD en Física de The University of Toledo! ¡Una venezolana!
Asignado mi cubículo, procedí a colocar un aviso muy visible en la puerta, en el cual ofrecía temas de investigación conducentes; bien sea, a trabajos Especiales de Grado, Tesis, trabajos de ascenso para profesores y/o artículos en revistas indizadas.
Curiosamente, ya no veía las PC´s que estuve utilizando. Al contrario, había unas computadoras llamadas Burroughs que jamás había visto. Lentas en comparación con las que disponía anteriormente… no tenía a la vista una supercomputadora. Menos mal que, muy pronto aparecen en nuestra Universidad las computadoras SUN. Más rápidas, pero nada comparado con la CRAY.
1990
Iniciando la década de 1990, algunos colegas me animaron a incursionar en otro tema muy importante como es la evolución del medio interestelar, los modelos y aproximaciones que regulan la formación de las estrellas y cómo esto influye en la evolución de una galaxia. Entender los mecanismos que explican el cambio de masa entre las estrellas, las nubes y el gas difuso. Por otra parte, calcular los estados de equilibrio termoquímico para un gas pre-galáctico, considerando especies químicas abundantes y las respectivas reacciones que puedan ocurrir y que contemplan, no solo los procesos de fotoionización, sino también de fotodisociación, recombinación, e intercambio de carga.
La década de 1990 continuó siendo fascinante e interesante porque seguí incurriendo en varios campos de la Astrofísica. Para comenzar, tuve la oportunidad de organizar una expedición al estado Barinas, para la realización de observaciones enfocadas a los eclipses y a las ocultaciones estelares. Obtuvimos datos que nutrieron una gran base de información proveniente de Curazao, EU, Colombia, India, entre otros.
Mientras tanto, el aviso colocado en la puerta de mi oficina comenzó a dar frutos. Entre los trabajos anunciados, se encontraba el estudio de la estrella HD 101584. Una estrella importante porque al igual que φ Cas, es una supergigante. Se calculó su velocidad radial, aplicando el efecto Doppler, ya que ocurre un corrimiento en las líneas espectrales, motivado al movimiento de la estrella.
El astrónomo mexicano, Dr. Armando Arellano Ferro, investigador de la UNAM, me envió con una colega, por encomienda normal (los correos electrónicos eran escasos), una misiva donde mostró su interés en trabajar conjuntamente sobre temas relacionados con estrellas variables. El investigador fue invitado a la ULA. En ese momento, ya estaban activas las computadoras de la serie 286, 386, 486, etc. de la IBM. Usábamos un software muy novedoso llamado supermongo. A su vez, el Dr. Arellano Ferro me invitó por un mes en la Universidad de Guanajuato donde se encontraba creando el Departamento de Astronomía. Analizamos un centenar de estrellas Cefeidas, con datos observacionales que obtuvimos en el Observatorio San Pedro Mártir, ubicado en Baja California, México, perteneciente a la UNAM.
En la década de 1990, un consorcio internacional conformado por tres universidades (Yale University, Indiana University y la Universidad de Los Andes), conjuntamente con el CIDA, elaboró el proyecto llamado QUEST, sus siglas en español se refiere al grupo de estudio de quásares en el ecuador. El objetivo de QUEST, era de construir e instalar un equipo muy sofisticado que permitió realizar observaciones de gran calidad para esa época. Este equipo consistió de dieciséis CCD´s de 2048 x 2048 píxeles, en un arreglo de 4 x 4. El CCD es un Dispositivo de Carga Acoplada y supera en más del doble en sensibilidad, comparado con las placas fotográficas. Con la posición privilegiada de nuestra Cámara Schmidt (hoy llamada Jurgen Stock en su honor), a ocho grados del ecuador terrestre, fotografiamos el cielo de manera sistemática y con gran resolución.
Pudimos descubrir la presencia de ráfagas de rayos gamma. Estas ráfagas son importantes por cuanto que se encuentran a distancias cosmológicas, en galaxias muy distantes, y se las relaciona con formaciones estelares muy activas. Al desaparecer las ráfagas, se puede posicionar a las galaxias.
Finalizando la década de 1990, solicité mi primer y único año sabático en cuarenta y tres años de servicio. Decidí ir a Indiana University, Bloomington, Indiana, invitada por el astrónomo norteamericano, Dr. Kent Honeycutt. Inmediatamente, decidimos analizar una estrella muy importante llamada SU Ursae Majoris, ubicada en la constelación de la Osa Mayor, siendo una variable cataclísmica que pertenece a la subclase de novas enanas. Estas estrellas se encuentran conformando un sistema de dos estrellas, una de tipo solar y una enana blanca, con un disco de acreción alrededor de esta última. Su curva de luz demuestra la presencia de explosiones, evidenciado por el aumento excesivo del brillo en intervalos de tiempo. En el caso de SU UMa, se pueden observar también super-explosiones, que pueden ser explicadas por varios modelos; presenciando una situación de “canibalismo” entre las dos estrellas. Fue satisfactorio que, SU UMa fue declarada estrella del mes por la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables. Con los datos adquiridos con un CCD, en el equipo llamado RoboScope, localizado en el Morgan Monroe Observatory de Indiana University, obtuvimos resultados inéditos para esta estrella.
Paralelamente, continué trabajando con el Dr. Arellano Ferro, el tema de las estrellas variables tipo Cefeida, a través del apoyo de un proyecto aprobado por la UNESCO. Se trataba de profundizar más en el estudio de estas estrellas utilizando los datos obtenidos con la banda intermedia de Strömgren uvbyβ, para calcular el radio y la distancia de cincuenta y nueve estrellas Cefeidas galácticas.
NUEVOS RETOS Y NUEVAS FACETAS PROFESIONALES
NUEVO MILENIO
Entre 2000 y 2010, se me presentó un gran desafío pues, no obstante que seguí con mí objetivo de ejercer la docencia y haciendo investigación, decidí incurrir en el campo de la extensión y de la administración universitaria. Por un lado, surgió la idea de elaborar un proyecto de extensión, por todos conocidos como los Encuentros con la Física, Química, Matemática y Biología, este año 2018 arribando a su mayoría de edad, y convirtiéndose en un ícono de la extensión universitaria, reconocido a nivel nacional e internacional. Miles de niños de toda nuestra geografía nacional, han visitado nuestra Universidad. Sin duda alguna, la extensión va más allá… representa un pilar fundamental del trípode constituido conjuntamente con la docencia y la investigación.
Y, en referencia a la administración universitaria, hago un paréntesis para compartir con ustedes lo que ha sido una experiencia signada por grandes desafíos, manteniendo siempre el compromiso y la misma vehemencia en el logro de objetivos que se suman al propósito de hacer de nuestra Universidad, una mejor Universidad, sin dejar de lado mi trabajo científico y de docencia. Sobre este punto quiero comentarles que, mis colegas me alentaron a mirar más allá, así lo hice y fui electa Decana de la Facultad de Ciencias en el 2002, con una reelección hasta el 2008. La gestión decanal, se manifestó con resultados tangibles, no solo en los aspectos académicos y administrativos, sino en la infraestructura, con nuevas edificaciones (edificio de Teóricos y de Matemáticos), repotenciación profunda del edificio de primera sede, equipamiento de laboratorios, entre otros. Todo lo cual llevó a muchos miembros de la comunidad universitaria a plantearme el reto de ofrecer mi capacidad de trabajo para el cargo de Vicerrectora Académica. Esta gestión se visualiza con importantes iniciativas para el crecimiento, fortalecimiento y desarrollo de la vida académica y científica, y se pone de manifiesto con nuevas carreras de pregrado, como la Licenciatura en Psicología, y estudios de postgrado, avances en la telemática, el Programa Estímulo a la Docencia Universitaria “Dr. Mariano Picón Salas”, entre otros.
Retomando mi vida profesional, en la primera década de 2000, con la colaboración del equipo QUEST, logramos descubrir un objeto transneptuniano, que son muy pequeños y se encuentran más allá de la órbita del planeta Neptuno. Elaboramos un catálogo indicando las posiciones, amplitudes, magnitudes promedio, periodos y curvas de luz de 498 estrellas variables tipo RR Lyrae. Se confirmó la existencia de diecinueve quásares y se descubrieron once. Con más de dos años de observación, elaboramos un catálogo con curvas de luz para 200.000 objetos celestes.
Por otra parte, organizamos una campaña de observación entre astrónomos de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Perú, para registrar la ocultación de una estrella por Plutón. De igual manera, y con observaciones realizadas desde varios puntos localizados en el Océano Índigo, Sur África, España, y en América, reportamos dos ocultaciones estelares por Titán, permitiendo dar resultados sobre su atmósfera. También obtuvimos los resultados sobre el radio de Titania y el límite superior de su atmósfera.
Con el astrónomo neozelandés, Dr. John Hearnshaw, de The Canterbury University, Nueva Zelanda, realizamos un interesante trabajo relacionado con el análisis, tanto de la curva de luz como del espectro de la estrella Nova Centauri 1995 (V888 Cen). También colaboró en la obtención de espectros de alta resolución de estrellas supergigantes, utilizando un CCD, incorporado al espectrógrafo HERCULES, acoplado al telescopio reflector de 1-m Mclellan de tipo Cassegrain del observatorio Mt John, de la mencionada universidad. El análisis de dichos espectros y la determinación de sus velocidades radiales, permitió que la formación de la generación de relevo siguiera fluyendo, y que la formación de nuestra planta profesoral se robusteciera.
Ya finalizando la década de 2010, se siguió formando a la generación de relevo, y realizamos otro importante trabajo en el campo de las estrellas variables tipo RR Lyrae (RRab y RRc) en el cúmulo globular M15. Para ello, obtuvimos datos observacionales en San Pedro Mártir y calculamos su abundancia química, así como su distancia.
Un proyecto elaborado en conjunto con el Dr. Arellano Ferro, luego de una evaluación rigurosa, fue aceptado por el Programa de Estancias de Investigación, Convocatoria 2017, de la UNAM. Compitieron varios investigadores pero de los cuatro clasificados, el nuestro fue el único en Astronomía. Viva la ULA! Estudiamos 22 estrellas RR Lyrae del Cúmulo Globular NGC 6171 y descubrimos cambios de periodos seculares de cuatro. Los periodos encontrados concuerdan con las predicciones teóricas.
Adicionalmente, los productivos años dedicados a la investigación en el campo de la Astronomía y Astrofísica me han permitido ser testigo de la historia de la Astronomía en Venezuela y su desarrollo a lo largo de casi cinco décadas, dándola a conocer en la XXIV Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional, celebrada en Manchester, Reino Unido.
A los respetables Miembros de la Academia de Mérida, quisiera manifestar lo siguiente: Presentar trabajos en eventos internacionales, en reiteradas ocasiones acompañada de mis estudiantes; formar la generación de relevo; realizar innumerables expediciones con emoción para observar los eclipses, tanto de luna como de sol; así como, observar cometas espectaculares; ser parte de los hombres y mujeres que estudian el Universo. Continuar trabajando y publicando… y mucho más… me hace confesar que, estaré en la mejor disposición de asumir todos los nuevos retos que se nos presenten, y contribuiré positivamente con los nobles objetivos e ideales de esta noble Corporación.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco al Altísimo porque sin Él, nada hubiese podido hacer en mi vida. A mis padres, aún sin su presencia física, y a mi hijo, por darme ánimo constantemente, además de ser mi fuente de inspiración. A mis nietos, por refrescar en mi memoria, momentos de juventud. A mis profesores, por haberme enseñado con integridad y ética los conocimientos que atesoro. A mis estudiantes, porque también de ellos aprendí y sigo aprendiendo. Al personal administrativo, técnico y obrero, por su asistencia durante largas horas de laboratorio y durante esas frías noches en el observatorio. A mis colegas, porque confiaron en mis conocimientos. A nuestra querida e Ilustre Universidad de Los Andes, mi segunda casa, por depositar en mí su confianza y abrirme el camino académico a transitar. A mis amigos, por haberme acompañado en esta gran carrera que inicié desde ese momento que me interesó mirar hacia arriba, hacia el cielo.
Sé que falta mucho más por hacer, hasta que el Altísimo me lo permita; mientras tanto, seguiré observando el firmamento y seguiré embebida en su inmensidad; y, mientras mantengo la esperanza de un reencuentro, continuaré viendo dos luceros especiales que, titilando, me seguirán enviando su energía, fuerza y coraje: Mis padres!
MUCHAS GRACIAS
Dra. Patricia Rosenzweig Levy
Vicerrectora Académica de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela